El ingreso en la escuela infantil supone un cambio muy importante para el niño/a, ya que normalmente es la primera vez que se separa de su familia, sale de su hogar para pasar a un espacio desconocido, con adultos desconocidos y con otros niños/as.
Las familias también sufrís una adaptación, ya que suele ser la primera vez que os separáis de vuestro/a hijo/a. Y lo mismo sucede con las educadoras, que también tienen que adaptarse, cada niño/a es diferente, hay que conocerles, saber sus gustos y preferencias, y conseguir que disfrute y sea feliz.
La entrada del niño/a en la escuela infantil supone un importante cambio. Aunque en algunos casos al principio la separación le resultará dolorosa, lo irá asimilando y se irá incrementando su autonomía personal y su grado de socialización.
El niño/a experimentará cambios en sus rutinas de higiene, alimentación o sueño. Las rutinas que se establecen en la escuela infantil, les ayudan en su organización del tiempo y las actividades, a relacionarse con sus iguales, con los adultos y en la organización del espacio y objetos.
Durante este período de adaptación el niño/a va a necesitar que le ofrezcamos una gran comprensión y ayuda, que no consiste en evitar sus sentimientos y conflictos, sino en entenderlos. Hay que comprender que cada niño/a tiene un ritmo personal de adaptación que hay que respetar.
Es importante que los niños/as vayan aceptando el nuevo espacio y vayan siendo capaces de moverse libremente en él, exploren los nuevos materiales, se adapten a las rutinas, comprendan y recuerden las normas y pautas que se vayan estableciendo, establezcan vínculos de afectividad con la educadora y los demás niños/as, admitan progresivamente la separación de sus padres.
Por su parte, los padres y madres, debéis superar la angustia de la separación, confiar en el equipo educativo, despediros de vuestros hijos/as sin engaños y con seguridad y debéis conocer y valorar el período por el que están pasando vuestros hijos/as.
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